Cinco apuntes sobre la artrosis en nuestras mascotas

La artrosis produce dolor, disminuye el rango de movimientos y evoluciona a una atrofia muscular por desuso de una o más articulaciones. Es importante actuar cuanto antes para poder mejorar la calidad de vida de nuestros compañeros.

Técnicamente sabemos que es un proceso degenerativo del cartílago que forma parte de articulaciones como la rodilla, codo y hombro. Según avanza su desgaste, el hueso subcondral que está debajo queda expuesto y sin amortiguación. Comienza a remodelarse, apareciendo esclerosis y osteofitos (hueso formado en el margen articular), la membrana sinovial se inflama (sinovitis) y se engrosa la cápsula articular.

Artrosis 2

¿Por qué se produce la artrosis?

Es un proceso natural debido al envejecimiento, pero puede acelerarse por un exceso de ejercicio, ser secundario a un traumatismo o a un proceso inmunomediado, por inestabilidad articular (luxación de rótula, rotura de ligamentos cruzados, osteocondritis), o la acromegalia en gatos. También es frecuente por una malformación congénita, como la displasia, que causa alteraciones desde temprana edad.

Comparativa de articulaciones
Articulación sana y articulación con lesiones

 ¿Se puede prevenir la artrosis?

Existen factores de riesgo como el sobrepeso y el crecimiento excesivamente rápido en cachorros de razas grandes y gigantes, como el Mastín. Además, ciertas razas están predispuestas a padecer patologías articulares, entre las caninas el Labrador y Golden Retriever, Pastor Alemán y felinas como el Maine Coon, Persa, Himalaya o el Burmés.

La reducción de peso con dieta específica y una rutina de ejercicio adecuado ayudarán a  que no aparezca la enfermedad de forma precoz.

¿Cómo saber si ya tiene artrosis?

Inicialmente los síntomas son leves e intermitentes, con una o más articulaciones afectadas de forma progresiva. Con el tiempo, tal vez observes que tu perro empieza a levantarse o tumbarse con dificultad, que regresa cojeando del paseo, que no quiere jugar ni saltar o le cuesta subir escaleras o al coche. Estos signos se acentuarán en los cambios de estación, sobre todo tras periodo de inactividad o de  ejercicio continuado.

Los gatos muestran cambios más sutiles, como pasar más tiempo durmiendo, una menor actividad física, dificultad para saltar a sitios elevados, problemas para acicalarse (no alcanzan todo el cuerpo y empiezan a presentar mal pelo y nudos) o  para utilizar la bandeja sanitaria (sobre todo si es alta)  o evitan el contacto físico de las zonas doloridas.

¿Qué puedo hacer si mi mascota tiene artrosis ?

Acude con tu mascota a la clínica, realizaremos una exploración ortopédica, valorando su postura y distribución del peso cuando está quieto y la marcha (forma de caminar).  A continuación, exploraremos cada articulación en busca de dolor, menor amplitud de movimientos, existencia de calor, crepitación, inflamación o la pérdida de masa muscular.

Detectada la región afectada, se realizarán radiografías para valorar y descartar alguna causa preexistente. No obstante, la imagen radiográfica no siempre se correlaciona con la sintomatología, ya que lesiones pequeñas pueden causar una gran molestia y otras veces son un hallazgo en un animal que aún no padece dolor.

Existen otros medios diagnósticos como la resonancia magnética, la tomografía axial computerizada y la artroscopia.

¿Cuál es el tratamiento de la artrosis?

Para la artrosis no hay cura, pero una vez diagnosticada podemos instaurar un tratamiento multimodal a corto plazo eliminando los síntomas de dolor y cojera, y a largo plazo mejorando la calidad del cartílago y retrasando las lesiones secundarias. El objetivo final es reducir el dolor, aumentar la movilidad y por tanto mejorar la calidad de vida.

Plan terapéutico:

  • Control de peso: Debe mantener una condición corporal adecuada para no sobrecargar las articulaciones afectadas.
  • Alimentación específica: Suplementada con condroprotectores y ácidos grasos omega 3 (efecto antiinflamatorio), vitaminas y antioxidantes. Incluso puede ayudar a reducir el peso.
  • Condroprotectores: Condroitin sulfato, glucosamina, ácido hialurónico… proporcionan los componentes del cartílago afectado.
  • Actividad física adecuada y/o rehabilitación: Recuperar musculatura y rango de movimientos mediante ejercicios, paseos controlados o incluso natación.
  • Fármacos antiinflamatorios: Eliminar o reducir el dolor para que continúe  utilizando la extremidad afectada y no disminuya la musculatura.
  • Células madre: Por su potente capacidad antiinflamatoria y regeneradora del tejido afectado.
  • Acupuntura: Para aliviar o reducir el dolor.
  • Quirúrgico: En casos concretos para reparar la causa que originó la artrosis o mejorar los síntomas.

También es recomendable adaptar la zona de descanso (accesible, más confortable y protegida del frío) y utilizar una rampa para subir al coche a los perros de razas grandes; en el caso del gato se debe adecuar la bandeja sanitaria y cepillarlo regularmente para retirar el pelo  y facilitar su aseo.